La apertura al mundo de la Orden somasca - después de cuatrocientos años de servicio a la Iglesia italiana - es muy reciente: se produce con la llegada de los primeros hijos de San Jerónimo al continente americano, más concretamente a El Salvador, en 1921. A pesar de ello, en 1928 -exactamente el 14 de marzo- el Papa Pío XI proclamaba a San Jerónimo Emiliani "Patrono universal de los huérfanos y de la juventud abandonada", título que, además de reconocer la genialidad de su obra y su intuición, que lo convirtió en un adelantado de su tiempo, le asigna la responsabilidad de interceder ante Dios, a nivel mundial, por los más pequeños y más pobres de la tierra: la infancia sin familia. Desde entonces, los Somascos están extendidos por 15 países de tres continentes: Europa, América y Asia.

En cada una de estas naciones queremos ser testigos de la paternidad amorosa de Dios en medio de tantos y tantos muchachos que carecen del apoyo de un padre o de una madre.

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